lunes, 3 de junio de 2019
domingo, 2 de junio de 2019
Cautiverio de Animales.
ANIMALES EN CAUTIVERIO.
La noción de cautiverio alude a la falta de libertad. El concepto puede referirse a la reclusión, el encierro o el secuestro de una persona o de un animal. Por ejemplo: “Los secuestradores mantuvieron ocho días en cautiverio al empresario”, “No soporto más el cautiverio, necesito salir a tomar aire”, “Las autoridades rescataron a un puma que estaba en cautiverio”.
Se dice que están en cautiverio cuando no viven libremente en su hábitat natural. Los ejemplares que se encuentran en un zoológico están en cautiverio: no tienen la posibilidad de desplazarse con libertad ni de procurarse alimentos por ellos mismos. En algunos casos, las especies son mantenidas en un régimen de semicautiverio ya que gozan de un cierto margen de acción sin la intervención del hombre.
La vida de los animales en cautiverio es a menudo objeto de discusión y controversia entre los amantes de los animales (también conocidos como «animalistas») y la gente que se dedica a la explotación animal, como ser los ganaderos y los empresarios dedicados a la fabricación de productos basados en piel natural. Una cosa queda clara: la felicidad de estos animales solamente importa al primer grupo, ya que el resto se enfoca únicamente en el beneficio económico que puedan obtener gracias a ellos.
Precisamente, cuando los seres humanos alejan a un animal por la fuerza de su hábitat natural, independientemente del objetivo de tal acción, interfieren en el equilibrio de la naturaleza y esto genera consecuencias para todos. Ningún animal nace con el objetivo de vivir en una ciudad, y mucho menos en un zoológico o una explotación ganadera, con lo cual el tipo de relación que tengan con las personas no es suficiente para contrarrestar el desarraigo.
Si tomamos en cuenta que incluso el ser humano tiene dificultad para adaptarse a la vida en la ciudad, especialmente cuando no tiene una casa amplia con espacios verdes y debe realizar un trabajo monótono y estresante, imaginemos cuánto más duro es para las demás especies verse privadas de la tierra, de la hierba, de los árboles y, lo más importante de todo, de las actividades que desean llevar a cabo.
lunes, 20 de mayo de 2019
Posibles soluciones al maltrato animal y cómo evitarlo.
Hay algunas soluciones para evitar el maltrato animal, entre las cuales destacan las siguientes:
- Aprender a reconocer el maltrato. Algunos síntomas indicativos de falta de cuidados pueden ser la infestación por pulgas y garrapatas en el animal, heridas en su cuerpo, pérdida de abundante pelaje, un animal muy delgado o hambriento, animales enjaulados sin comida ni agua o la extrema agresividad del animal.
- Estar atentos y denunciar a las autoridades en el asunto cuando observemos estas conductas
- Dar el máximo de información posible en tu denuncia, esto hará que sea tomada en cuenta con mayor probabilidad
- Ejercer presión. A menudo las denuncias de maltrato animal no son tenidas en cuenta por las autoridades, sin embargo esto está cambiando poco a poco
- Conocer las leyes sobre el maltrato animal que hay en tu país, así como conocer el castigo de estas acciones. Esto va a permitir elaborar mejor tu denuncia
- Apoyar leyes y organizaciones que luchan por el bienestar animal como asociaciones de ayuda a animales callejeros
- Dar buen ejemplo, por ejemplo, cuidando a los animales que conviven contigo como se merecen. Para tener más ideas sobre qué podemos hacer en este sentido, puedes leer este otro artículo de EcologíaVerde sobre Gestos cotidianos para respetar la vida de los animales
- Educar a los hijos para que traten a los animales con respeto y, sobre todo, dar ejemplo, si tratas mal a tus mascotas, el mensaje a tus hijos será que los animales no valen la pena
- Cuidar la alimentación de tus mascotas. La malnutrición de tus mascotas es parte del maltrato directo, ya que puede provocarle enfermedades, depresión o falta de energía. Tú puedes evitar las consecuencias de la malnutrición en los animales.
- Apoyar a los refugios de animales. Puedes hacer donaciones a estos refugios de agua y comida o ayudar con tu tiempo, paseando a los animales o ayudar a que el refugio se mantenga limpio
- Formar una asociación. Te puedes asociar con otras personas para formar una asociación en defensa de los animales.
Causas y Consecuencias de el maltrato animal.
CAUSAS.
vínculos entre la crueldad animal, conductas antisociales y violencia interpersonal. Se ha expuesto que los abusadores comparten historial de castigo brutal y rechazo, así como de crueldad hacia los animales y violencia contra personas. Un mejor entendimiento de estos enlaces puede ayudar a la protección de víctimas. Así mismo, su reconocimiento permitiría acciones para promover su bienestar.
El maltrato hacia los animales constituye un aviso sobre la
posible existencia de otras formas de violencia. Además, se hace alusión a una triada de
abuso y maltrato, la misma está constituida por el abuso físico por parte de
los padres hacia sus hijos, crueldad hacia los animales, y violencia
interpersonal. La violencia interpersonal se compone de
las acciones y comportamientos de fuerza e intimidación innecesaria entre
personas. Las féminas son las víctimas principales de este tipo de abuso.
Por otra parte, se ha identificado una estrecha relación
entre la observación de actos de crueldad animal, y la práctica de tales
abusos. Estadística mente, se ha identificado que tres de cada diez individuos
que han presenciado actos de crueldad animal, han incurrido en tales prácticas
en algún momento. Además, se ha reconocido a los varones como los
principales agresores de este tipo de maltrato.
“Las víctimas de violencia familiar fueron más propensas a experimentar o
presenciar actos de maltrato animal a diferencia de los individuos que no
fueron víctimas de este tipo de violencia interpersonal. Además, los resultados
indicaron que las víctimas de abuso infantil y violencia doméstica, fueron más
propensos a incurrir en prácticas de abuso".
Los golpes, lesiones físicas y los gritos excesivos y el
abandono son sólo algunos ejemplos de los dañinos y crueles abusos que puede
llegar a experimentar una mascota.
El maltrato, físico o psicológico deja importantes secuelas
en los perros. El comportamiento de un animal que padeció abusos cambia en
especial si éstos se prolongan durante meses o años.
La falta de comida o de agua, permanecer atado en lugares
con frío, humedad o, por el contrario, bajo el sol, o la falta de atención
médica, son factores que se consideran como maltrato.
Un perro que ha sufrido maltrato físico o psicológico puede
padecer importantes trastornos en su comportamiento. La desconfianza hacia las
personas o hacia otros perros, la tristeza, los síntomas de depresión e incluso
determinados comportamientos agresivos pueden ser el resultado del maltrato
sufrido. Un abuso repetido durante meses e incluso años suele agudizar el
comportamiento anómalo de tristeza y depresión característico de un perro
maltratado .
Adoptar una mascota es un acto de amor muy grande, pero si
además le damos la oportunidad a un perro que ha sido maltratado estamos
asumiendo un importante compromiso con el animal. Un perro que ha sufrido
abusos puede mostrarse triste, depresivo e incluso mostrar signos de
agresividad derivados de la mala experiencia. La paciencia y las
repetidas demostraciones de cariño serán clave para ayudar a la mascota a que
confíe en su nueva familia.
martes, 30 de abril de 2019
violencia hacia los animales
El maltrato animal.
En la actualidad vivimos, de manera constante, en un clima de inseguridad e incertidumbre. La violencia se expresa de formas relacionadas entre sí. Diariamente nos vemos sacudidos por hechos dramáticos que nos preocupan y conmueven.
El maltrato animal es, a la vez, un factor que predispone a la violencia social y, al mismo tiempo, una consecuencia de la misma. Forma parte de la cascada de la violencia que nos va alcanzando a todos como individuos y como sociedad.
La violencia es “un acto intencional que puede ser único o recurrente y cíclico, dirigido a dominar, controlar, agredir o lastimar a otros. Casi siempre es ejercida por las personas de mayor jerarquía, es decir, las que tienen el poder en una relación, pero también se puede ejercer sobre objetos, animales o contra sí mismo”.
La violencia inhibe el desarrollo de las personas y puede causar daños irreversibles, adopta diferentes formas de expresión que pueden variar desde una ofensa verbal hasta el homicidio.
La crueldad es “una respuesta emocional de indiferencia o la obtención de placer en el sufrimiento o dolor de otros, o la acción que innecesariamente causa tal sufrimiento; ha sido considerada un disturbio sicológico. La crueldad de los niños, que incluye a los animales, es un signo clínico relacionado a desórdenes antisociales y de conducta”.
En las familias en las que hay violencia, ésta es más frecuentemente dirigida hacia los más débiles, lo que incluye ancianos, mujeres, niños y animales de compañía. El maltrato hacia los animales es tolerado por aquellos que lo observan; se minimizan sus causas y sus efectos, y los padres, maestros y comunidades que no dan importancia al abuso animal en realidad incuban una bomba de tiempo.
Debe hacerse énfasis en que la detección, prevención y tratamiento de la violencia hacia los animales es un acto de humanidad en sí mismo. Los animales son criaturas que se encuentran, en relación al ser humano, en un nivel de inferioridad dentro de la escala evolutiva; esto nos hace responsables de su bienestar, ya que tener supremacía lleva consigo una obligación, una responsabilidad, que es la de cumplir como guardián de las especies inferiores en términos intelectuales. Si realmente queremos combatir la violencia, una parte de nuestra lucha consiste también en erradicar el maltrato a otros seres vivos.
El segundo punto que quiero destacar es el que esta violencia hacia los animales nos puede servir como detector y señal de alerta hacia la violencia intrafamiliar, ya que la crueldad hacia los animales y la violencia humana tienen una relación directa. Debemos saber que los niños que maltratan a sus animales de compañía pueden ser testigos de actos crueles contra seres humanos o ellos mismos ser víctimas de abuso por alguien mayor y con más poder.
Estos niños, a la vez abusados y abusadores, están aprendiendo e internalizando la violencia que ellos mismos perpetuarán al ser mayores y al tener sus propias familias. Este maltrato puede ser el único signo visible de una familia en la que existe el abuso, y esto puede ayudar a descubrir al responsable de la violencia en esa familia.
Una persona que abusa de un animal no siente empatía hacia otros seres vivos y tiene mayor riesgo de generar violencia hacia otras personas. La Asociación Siquiátrica Americana lo considera como uno de los diagnósticos para determinar desórdenes de conducta. Si un niño nos habla sobre el maltrato a su animal de compañía, podría estar hablándonos también de su propio sufrimiento.
Amenazar con lastimar al animal de compañía puede ser una forma de violencia psicológica que se utiliza contra el niño para que se “porte bien” o como una forma de mantener en secreto algún tipo de abuso al que éste está siendo sometido. Según los especialistas, protagonizar u observar actos de crueldad pude llegar a ser tan traumático como ser víctima de abuso físico y, por lo tanto, es altamente probable que el niño presente un alto riesgo de convertirse en padre abusivo, quien a su vez puede producir otra generación de niños violentos.
Algunas de las características que pueden presentar los niños y jóvenes que abusan de los animales son: sentirse indefensos y bajo el control de otros; usan a los animales como víctimas para demostrar su autoridad y poder; emplean a los animales como chivos expiatorios por el enojo que sienten hacia otras figuras de autoridad que los maltratan; ; son discriminados de algún modo; reciben castigos severos; tienen baja autoestima; sienten gran recelo contra la sociedad; tienen bajas calificaciones y están aislados socialmente.
Algunas características del contexto familiar de quienes abusan o maltratan animales son: adultos que fueron abusados sexualmente en la infancia; adolescentes que presentan una relación con sus padres, familia y compañeros más negativa que los no maltratadotes (Millar y Knutson, 1997). El abuso hacia los animales es más frecuente en hogares en los que existen otras formas de violencia, el alcohol o abuso de drogas.
La crueldad origina violencia, y la violencia, delincuencia. En un estudio hecho en Estados Unidos se comprobó que no todos los maltratadores de animales se convierten en asesinos en serie, pero todos los asesinos en serie tienen antecedentes de maltrato a animales (Gena Icazbalceta). La gran mayoría de los niños puede vivir una etapa en la cual pueden lastimar insectos como parte de la exploración del mundo; sin embargo, con el correcto asesoramiento de sus padres, consiguen comprender que los animales son sensibles al dolor.
La educación que se les da a los niños les ayuda a establecer sus valores y patrones de comportamiento. Ellos adquieren sus principios morales y éticos imitando a los modelos que tienen a su alrededor.
Tomando en consideración todo lo anterior, solamente podemos llegar a la conclusión de la imperiosa necesidad que existe del esfuerzo integrado de padres, profesores, trabajadores sociales, veterinarios, pediatras, asociaciones de protección animal y psicólogos para prevenir el maltrato a los animales y su posterior transformación en violencia social.
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